Viajar sola por Grecia: consejos prácticos y lugares mágicos que no puedes perderte

Imagínate por la mañana temprano en una terraza de un café griego, frente al mar Egeo que centellea bajo los primeros rayos del sol. Sin compromisos en el itinerario, sin negociaciones para elegir el restaurante... solo tú, tu espíritu aventurero y esta magnífica Grecia que se ofrece a ti.

Viajar sola por Europa es una experiencia que cambia la forma de ver el mundo, y Grecia es un destino único que acoge a toda mujer en busca de aventuras.

Entre las callejuelas empedradas de Atenas donde aún resuena la historia antigua, los pueblos cicládicos donde el tiempo parece haberse detenido, y esos encuentros auténticos con los locales que te proponen espontáneamente compartir su comida... cada día se convierte en un descubrimiento.

¡Olvida tus miedos y tus prejuicios! Este país acoge a las mujeres que se atreven a viajar solas con una bondad conmovedora.

Desde los templos de la Acrópolis hasta las pequeñas playas secretas de Amorgos, voy a compartir contigo todos mis consejos prácticos para transformar tu viaje en una aventura inolvidable, con total seguridad y con un presupuesto controlado.

Índice

Bueno, vamos a ir al grano de una vez: sí, tus seres queridos van a entrar en pánico. ¡No, no vas a acabar vendida en un mercado de esclavos! He pasado meses recorriendo Grecia sola, y créeme, es probablemente más seguro que cruzar ciertos barrios de París un sábado por la noche.

Para un alojamiento 100% seguro, te recomiendo Nomadsister, una plataforma genial que te permite hospedarte gratis en casa de otras mujeres. Lo he probado varias veces en Grecia y no solo es económico, sino que también creas vínculos auténticos con mujeres increíbles que conocen los mejores planes de su región.

¡Completamente!

Hablamos de uno de los países más seguros de Europa. Las estadísticas hablan por sí solas: criminalidad ultrarrelajada, respeto hacia las mujeres arraigado en la cultura... Incluso a menudo tuve la sensación de estar más segura allí que en casa. Las mamás griegas me adoptaron literalmente por donde pasé.

Los griegos efectivamente tienen reputación de grandes seductores. ¿En la realidad? Son simplemente naturalmente cálidos, como todos los mediterráneos. Un pequeño "όχι" (no) dicho con sonrisa, ¡y listo, mensaje recibido cinco sobre cinco! Tuve algunos intentos de ligoteo de buen rollo, pero nunca nada insistente o fuera de lugar.

Lo que más me marcó fue su lado protector. En cuanto se enteran de que viajas sola, se convierten en tus hermanos mayores oficiosos. ¡Cuántas veces me acompañaron a mi hotel "para estar seguros" u ofrecieron una copa!

Seamos lúcidas un momento: algunos carteristas rondan por las zonas ultra-turísticas de Atenas (Monastiraki, Plaka) y de Mykonos. ¿Mi truco? Mochila por delante en los transportes abarrotados y teléfono bien escondido.

Para las salidas nocturnas, evito vagar sola por callejuelas desiertas después de las 2 de la madrugada, especialmente en las zonas de fiesta intensa como Paradise Beach. Pero honestamente, con toda la vida nocturna que hay, ¡nunca te encontrarás realmente sola!

Anota bien el 112 en tu teléfono (número de emergencia europeo). Para el transporte, Beat es tu mejor aliado: es el Uber griego, súper fiable y barato. Welcome Pickups para los traslados del aeropuerto, ¡son geniales!

Y luego, está Nomadsister. Esta plataforma es una joya para conocer a otras viajeras. Encontré compañeras de ruta geniales gracias a esto.

Entramos en materia. Elegir tus destinos en Grecia es un poco como elegir tus chocolates en una caja de lujo: todo apetece, pero hay que hacer elecciones estratégicas. Aquí tienes mis destinos probados y aprobados.

Me encantó Atenas. Lo confieso, tenía prejuicios... Me esperaba una ciudad polvorienta y ruidosa. ¡Para nada! Es una capital vibrante donde el arte urbano se mezcla con los vestigios antiguos, donde los cafés hipster conviven con las tabernas centenarias.

La Acrópolis, obviamente, es LA parada obligatoria. Pero algo que me flipó fue el mercadillo de Monastiraki un domingo por la mañana, con el olor de los gyros chisporroteando y los anticuarios regateando gesticulando.

Mi favorito: la azotea del GB Corner en Kolonaki. Vista panorámica de la Acrópolis, cócteles divinos y ambiente relajado.

Santorini es el tópico que vemos por todas partes en Instagram, ¿y qué? A veces, los tópicos son tópicos porque son extraordinarios. Los pueblos blancos encaramados sobre la caldera, los atardeceres legendarios de Oia...

¿Es kitsch? Posible. ¿Es mágico? ¡Absolutamente!

Mi favorito: mi paseo al amanecer de Fira a Oia. Nadie en los senderos, la luz dorada acariciando las casas blancas... ¡mágico! Evitas completamente el gentío, y el desayuno con vista a la caldera vale todos los selfies del mundo.

¡Mi favorita absoluta! Creta es Grecia en todo su esplendor: auténtica, generosa, sorprendente. Una isla-continente donde puedes pasar de playas de arena rosa a montañas salvajes en una hora de carretera.

Los cretenses son de una hospitalidad legendaria. Cuántas veces me invitaron a compartir una comida familiar, a visitar una bodega, a bailar el sirtaki en una taberna de pueblo... Esta isla tiene alma, y la comparte generosamente contigo.

Mi favorito: el pueblo de Archanes, cerca de Heraklion. Viñedos hasta donde alcanza la vista, casas de piedra dorada y atmósfera fuera del tiempo.

Mykonos es fiesta 24/7, ¡pero no solo eso! Más allá del bling-bling, la isla esconde joyas. Las pequeñas calas secretas, los pueblos de pescadores intactos, el casco antiguo con sus molinos de viento que resisten al tiempo...

Mi favorito: la playa de Fokos, al norte. Prácticamente desierta, salvaje, solo el sonido de las olas y el canto de las cigarras.

Las Cícladas son la esencia misma de Grecia insular. Cada isla tiene su personalidad: Paros la sofisticada con sus pueblos de mármol, Naxos la salvaje con sus atardeceres memorables, Ios la fiestera y sus noches en blanco...

Mis favoritas: Sérifos y Amorgos. Dos islas desconocidas perfectas para desconectar lejos de las hordas turísticas. Sérifos con sus playas de guijarros blancos y sus pueblos suspendidos en el tiempo. Amorgos con su monasterio vertiginoso de Panagia Hozoviotissa y sus aguas cristalinas. El paraíso de las introvertidas que quieren reconectar con lo esencial.

¡Es imposible verlo todo en un solo viaje por Grecia! Aquí tienes mis sugerencias de itinerarios probados y aprobados para un viaje en solitario exitoso.

Porque la verdadera Grecia se esconde a menudo lejos de los circuitos turísticos clásicos y de los viajes organizados tradicionales...

Zagorochoria (Epiro): Estos 46 pueblos de piedra con tejados de pizarra son un verdadero viaje en el tiempo. Las caminatas por las gargantas de Vikos me dejaron sin aliento, y la acogida en las casas rurales familiares me calentaron el corazón. Me encantó perderme voluntariamente en los senderos ancestrales entre Papingo y Monodendri.

Milos: Esta isla volcánica con formaciones rocosas espectaculares es un paraíso para las solitarias. En Kleftiko y Sarakiniko, tenía la sensación de estar en Marte. Casi desierta, ofrece una autenticidad rara y paisajes de otro mundo.

Eubea: A dos horas de Atenas, esta isla desconocida rebosa de sorpresas: fuentes termales naturales, playas secretas, pueblos montañeses intactos. Pasé días enteros explorando sus costas salvajes, ¡una verdadera inyección de naturaleza!

Grecia se presta maravillosamente a las actividades en solitario. Las caminatas por las gargantas de Samaria o de Vikos en Epiro son momentos de pura comunión con la naturaleza. Estos senderos ofrecen puntos de vista que quitan el aliento, perfectos para contemplar un atardecer memorable en solitario.

Los tours guiados históricos son cautivadores, especialmente con guías apasionados como Dimitris en Delfos que cuenta la historia del oráculo como si fuera su abuela. Cada sitio arqueológico revela sus secretos de manera diferente según la iluminación y la hora del día. Por cierto, los museos rebosan de tesoros que complementan perfectamente estos descubrimientos sobre el terreno.

Probé clases de cocina cretense con Irini, una abuelita de Chania que me enseñó a hacer los verdaderos dolmades (me fui con su cuaderno de recetas manuscritas). Esta inmersión en la gastronomía local es una verdadera delicia cuando viajas sola.

Para relajarse, nada mejor que el dolce far niente en playas tranquilas como Myrtos en Cefalonia. También me encantan los talleres de cerámica en Sifnos y las excursiones en barco alrededor de las islas para descubrir calas inaccesibles a pie. Estas excursiones organizadas en grupo son perfectas para conocer a otros viajeros mientras descubres lugares excepcionales.

Siempre privilegio mayo-junio y septiembre-octubre. Evitas el gentío estival y los 40°C que transforman las visitas en un calvario. Los precios son más suaves, los locales tienen tiempo para ti, y puedes realmente disfrutar de los sitios sin pelear por tu sitio.

Las islas permanecen abiertas hasta finales de octubre, con todavía hermosos días para bañarse. El invierno es perfecto para explorar Atenas y la Grecia continental en un ambiente más auténtico, sin las hordas de turistas.

Cuenta entre 60-100€ por día según la temporada y tus ganas. En temporada alta, tira más hacia 100€, pero en primavera u otoño, 60€ son más que suficientes.

Mis trucos de viajera astuta para ahorrar sin sacrificar el placer: opta por los ferries nocturnos que te evitan una noche de hotel. La comida callejera griega es divina y accesible (gyros a 3€, souvlakis a 2€).

Invierte en billetes combinados para los sitios arqueológicos, es inteligente. Aprovecha las happy hours en los bares para cócteles a precios pequeños.

Si busca viajes baratos, aquí tiene los 5 destinos más baratos de Europa.

¿Cómo encontrar un alojamiento asequible y seguro?

Athens Backpackers es un albergue juvenil genial: ambiente fantástico, seguridad excelente y buenos encuentros garantizados.

En las islas, privilegio los pequeños hoteles familiares por su autenticidad y los preciosos consejos de los locales. Conocen todos los rincones secretos y te hacen descubrir la verdadera Grecia.

Nomadsister es mi as en la manga para dormir en casa de locales con total confianza, exclusivamente entre mujeres. Esta plataforma revolucionaria te permite crear vínculos auténticos mientras viajas con tranquilidad.

Toma el ferry para ir a las islas (reserva en Ferryhopper en verano). Los vuelos internos con Aegean Airlines son geniales si quieres ganar tiempo en las largas distancias.

Los autobuses KTEL son ultra-prácticos en el continente para una inmersión local auténtica, y el alquiler de coche te da una libertad total de exploración de los rincones secretos.

El tren sigue siendo una opción interesante para ciertos trayectos, especialmente entre Atenas y Tesalónica, con paisajes magníficos en el camino. Es una forma relajante de viajar mientras admiras el campo griego.

Mi consejo de pro: planifica tus desplazamientos comparando siempre las opciones según tus fechas y la duración de tu estancia. Cada medio de transporte tiene sus ventajas según tu estilo de viaje y tu presupuesto.

Si eres europea, ¡un documento de identidad válido es suficiente!

Para otras nacionalidades, pasaporte obligatorio y a veces visa según tu país de origen. Te aconsejo informarte directamente en la página oficial del gobierno para más información.

Recomiendo encarecidamente un seguro de viaje para gastos médicos y repatriación, sea cual sea tu nacionalidad, nunca se sabe. Verifica siempre las condiciones sanitarias actuales y los horarios de transporte según la temporada.

Mantente flexible, es la clave. Adáptate al ritmo griego, más lento y relajado.

Las comidas son sagradas aquí: se come tarde (nunca antes de las 21h), se comparten los platos en el centro de la mesa y se toma tiempo. En las tabernas familiares, pide varios mezze en lugar de un solo plato, ¡así es como se hace!

Respeta la siesta sagrada de 14h a 17h, ¡todo está cerrado! Aprende algunas palabras como "yasou" (hola), "efcharistó" (gracias) y "ti kanis?" (¿cómo estás?), los locales estarán encantados.

Pero sobre todo, confía en tu instinto y sal de tu zona de confort. Acepta la invitación de Yorgos para descubrir su pueblo natal, ve a beber ouzo con María que lleva la taberna de la esquina... Mis recuerdos griegos más hermosos vienen de estos encuentros improvisados que me revelaron la verdadera Grecia, la que late en el corazón de sus habitantes.

Entonces, ¿lista para la aventura?