Desde muy pequeña, siempre soñé con viajar por el mundo entero, descubrir nuevos lugares y conocer personas de todos los rincones. Hacer un viaje en solitario, aprender de diferentes culturas. Cuando lo piensas, el mundo es tan vasto que nunca acabas de sorprenderte.
Dos extremos de un mismo país pueden ser completamente diferentes entre sí, y hablar el mismo idioma no significa necesariamente vivir de la misma manera.
Mi viaje en solitario por Colombia: un gran paso
A los 17 años, decidí realizar mi primer viaje en solitario. A pesar de mi corta edad, quería intentar esta aventura, ir al descubrimiento de nuevos paisajes y demostrarme a mí misma que soy capaz de grandes cosas incluso estando sola.
Sufrimos mucha presión como mujeres, la sociedad nos hace creer que los hombres son más fuertes, que son más autónomos y que incluso los necesitamos para hacer cualquier cosa. Sí, un hombre puede tener buenas intenciones, obviamente, pero nosotras, las mujeres, podemos arreglárnoslas perfectamente solas.
Cuando un hombre decide viajar solo, es alentado por su entorno que encuentra que esta idea es genial. Elguien valiente y aventurero. Sin embargo, cuando es una mujer, las miradas se posan sobre ella como si acabara de tener una idea loca, como si fuera ingenua, inocente y no se diera cuenta de lo que hacer un viaje en solitario puede implicar.
Te imaginas cómo reaccionaron mi familia y mis amigos cuando les anuncié mi viaje: "¿Estás segura de ti misma? Es peligroso, ya sabes... además eres joven y estarás sola, ¿cómo planeas hacer si te pasa algo? Eres demasiado guapa, seguramente te van a agredir si te vas de viaje sola..."
Después de sumergirme en largas investigaciones, me topé con el blog de
Alyssa Ramos. Me inspiró mucho y fue en ese momento cuando me dije que si ella y muchas otras mujeres lo lograban, entonces yo también podía hacerlo.
Les confieso que los comentarios de mi familia me frenaron en mi impulso, pero no me detuvieron del todo y me alegro mucho de ello.
Una aventura increíble
De todos modos, hice mi viaje en solitario al norte de Colombia. No conocía a nadie en el lugar y sin embargo viví una de mis mejores experiencias.
Es cierto que en ciertos países el miedo al peligro está más presente que en otros, pero te sorprenderían los encuentros enriquecedores que se pueden hacer. Por supuesto, hay que tener cuidado sea cual sea nuestro destino, pero sin dejar que este miedo nos prive de disfrutar del viaje.
No voy a mentirte y decirte que todo va a salir como está previsto, porque no es el caso, pero eso forma parte de la experiencia y bueno... si supiéramos de antemano todo lo que va a pasar en nuestra vida, lo disfrutaríamos menos, ¿no es cierto? Recuerda que es cayendo como aprendemos a caminar.
De mi parte, para mi viaje en solitario, había previsto hora por hora lo que iba a hacer cada día, los lugares que iba a visitar e incluso dónde iba a comer. Por supuesto, se presentaron varios imprevistos: autobuses que llegaban tarde, el cansancio que comenzaba antes de lo previsto, y sobre todo, las personas que conoces y con quienes terminas compartiendo una comida o tomando una copa.
Incluso conocí a un taxista a quien le conté mi aventura y que se ofreció a ser mi chofer durante todo mi viaje en solitario para asegurarse de que estuviera segura. Intercambiamos números y solo tenía que llamarlo cuando quisiera y él estaba ahí unos minutos después. Ahí tienes una hermosa prueba de que no todos los hombres son malos y que incluso un desconocido puede preocuparse por tu seguridad y ofrecerte ayuda sin pedir nada a cambio.
Entonces sí, es cierto que un viaje en solitario en Colombia o en cualquier otro lugar puede dar miedo, especialmente cuando eres mujer. Al principio tenía mucho miedo, pero intenté la experiencia y quedará para siempre en mi memoria. Descubrí cosas increíbles sobre los demás, pero sobre todo sobre mí misma. Era reticente cuando escuchaba a mujeres decir "viajar sola me cambió la vida" o "me redescubrí en este viaje", pero es verdad, encontramos en nosotras una fuerza cuya existencia desconocíamos.
Sin importar la edad que tengas, tu historia o lo que hayas vivido a lo largo de tu vida, tú también eres capaz, tú también mereces vivir esta aventura.